La peor Comisión posible para el Medio Ambiente

organigramme_810_en

Organigrama (presiona para agrandar)

Hoy se ha anunciado, si el Parlamento Europeo no lo impide, la composición y el programa, de la próxima Comisión Europea (AQUÍ puedes consultarla). Por lo tanto, vale la pena hacer una primera valoración.

Empezaré por su presidente, Jean-Claude Juncker, un veterano político liberal que apuesta por la desregulación de la Unión Europea y que entiene el medio ambiente como un aspecto a cuidar siempre que no afecte a la actividad económica. En un esfuerzo de transparencia hizo público el mandato que ha hecho a cada uno de los Comisarios y que el entiende como su programa de trabajo; un contrato entre los Comisarios y él. Como ya veremos, estos mandatos son lo que podemos evaluar por el momento.

 

En cuanto al vicepresidente primero, el Holandés Frans Timmermans, tiene como mandato por parte de Junker el reducir a la mínima expresión la legislación europea, o como eufemísticamente dice “seguir los principios de subsidiaridad y proporcionalidad”. La idea es que regulen los estados miembros y la UE sólo asegure unos mínimos muy mínimos. En el caso del medio ambiente es muy grave, ya que los estados siempre han estado muy por detrás de la Unión Europea en la regulación ambiental. Siempre las directivas ambientales han sido mejores y los estados miembros han tardado en trasponerlas y aplicarlas. De hecho, todavía estamos lejos de un cumplimiento adecuado de las directivas. AQUÍ puedes consultar el mandato de Juncker a su vicepresidente primero.

El elocuente interés de Juncker por el medio ambiente se refleja en el nulo contenido ambiental de sus vicepresidencias.

A nuestro conocido Comisario Español, Miguel Arias Cañete se le adjudicó la comisaría de Acción Climática y Energía. A mi juicio es una mala noticia, ya que Cañete tuvo en España la competencia de la lucha contra el cambio climático y no se mostró como un gran defensor de compromisos ambiciosos. Además, formó parte de un gobierno poco convencido de la necesidad de luchar contra el cambio climático. En cuanto a la política energética del gobierno, poco podemos decir: pronuclear, anti-renovables y sometido a las voluntades de las grandes empresas energéticas. Por suerte, el propio Juncker le mandata para que la Unión europea se convierta en el número uno en energías renovables (AQUÍ puedes consultar el mandato de Juncker para Cañete), ahora bien, ya aclara que no por una cuestión ambiental, sino por una política industrial y por rentabilidad. Sea como fuera, si Cañete cumple con ese mandato será una buena noticia. Cañete dista mucho de ser un adalid del medio ambiente, pero siempre se ha mostrado bastante eficiente en aquello que le encomiendan.

Como Comisario de Medio Ambiente, Asuntos Marítimos y Pesca Juncker ha elegido el candidato maltés, Karmenu Vella, un veterano político pese a su edad, pero con poco peso político en Europa. Aparentemente no tiene experiencia ni con medio ambiente ni con pesca, lo que augura un perfil muy bajo para esta legislatura. Pero lo más preocupante es el mandato de Juncker para este Comisario (AQUÍ lo puedes ver). Para empezar ya le deja claro que su “superior” es el vicepresidente de empleo, inversión y competitividad. De hecho, todo el enfoque de la conservación del medio ambiente es básicamente productivista. Especialmente grave es el mandato de estudiar la unión de las directivas de aves y de hábitats. La experiencia nos dice que siempre que alguien ha propuesto unirlas era para rebajar sus estándares de protección. Realmente ahora conviven las dos directivas y no existen entre ellas contradicciones por las que merezcan ser cambiadas. En resumen, para Juncker, la naturaleza no debe “molestar” al crecimiento económico de la Unión.

Otra Comisaría importante es la de Agricultura, ya que la política agrícola actual es la causa del declive generalizado de la biodiversidad en Europa. Para este puesto Juncker ha elegido al candidato irlandés, Phil Hogan. En su beneficio decir que ha sido ministro de medio ambiente de su país, pero todo lo que he encontrado sobre el habla más de escándalos y líos que de grandes logros ambientales. En cualquier caso, tal vez su paso por un ministerio de medio ambiente le haga ser algo receptivo a una agricultura más sostenible. Aunque nuevamente, lo más preocupante viene del mandato de Juncker (AQUÍ lo tienes). Para empezar, entre las comisarías con las que se tiene que relacionar no aparece por ninguna parte la de Medio Ambiente y pesca. Mal comienzo. Desde luego la palabra biodiversidad no aparece en el mandato y si empleo, crecimiento, inversión, seguridad alimentaria. Por supuesto con la palabra mágica “sostenibilidad” que Juncker utiliza en todos los mandatos de los Comisarios para que todo parezca más verde.

En resumen, una Comisión de bajo perfil en lo medio ambiental y con un mandato ultraliberal que nada beneficia al medio ambiente.

La primera cuestión será ver si el Partido Socialista Europeo está dispuesto a avalar esta Comisión, como ya hizo hace unas semanas con Juncker, sin que se produzca un cambio previo de este programa de trabajo. Desde luego, si no hay un cambio radical en sus políticas, dificil tendrán los socialistas justificar el voto de confianza que hicieron al actual presidente se supone que condicionando su programa.