La argumentación es muy sencilla, y a su vez perversa:
1) Hemos modernizado los regadíos de Riegos del Alto Aragón Y 2) los regadíos modernizados necesitan más agua que los no modernizados POR CONSIGUIENTE 3) necesitamos construir nuevos embalses para garantizar las dotaciones. Para la Confederación esto es un truismo o verdad de La Palice, para mi es del todo desconcertante.
Tal vez me parece desconcertante porque desde el Ministerio se nos han vendido las modernizaciones de regadío como un medio de ahorro de agua.
¿Hablando con lengua de serpiente?
Según nota de prensa del Ministerio del 1 de octubre de 2009:
¿Ahorro de 1.100 Hm3? ¿No quedamos en que con la modernización no se ahorra? En el caso de Biscarrués, la modernización de Riegos del Alto Aragón, parece suponer la necesidad de más recursos hídricos y la construcción de un embalse que destruya el río Gállego, su ecosistema, un Lugar de Importancia Comunitaria y siete territorios de milano real catalogado como En Peligro de Extinción ¿Dónde está la armonización de la modernización de los regadíos y el sostenimiento de los ecosistemas?
Lo cierto es que la web del Ministerio está llena de notas de prensa en la que se liga directamente la modernización de regadío con el ahorro de agua y hasta cierto punto es normal, que se de una justificación ambientalmente poderosa, ya que aprobar una modernización de regadío supone la declaración de utilidad pública, la urgencia a los efectos de la ocupación de los bienes afectados y el compromiso de una fuerte inversión pública, de la cual una parte nunca se recupera, y otra no antes de cincuenta años. Y lo que es más importante, un desembolso de dinero público que va directamente a un sector productivo que mejora su competitividad frente al mismo sector en otras regiones o países de la Unión Europea. Así que el ahorro de agua, es solo una tapadera.
¿En qué consiste la modernización de regadíos desde el punto de vista económico?
Pongamos un solo ejemplo con los regadíos del Alto Aragón. Según la web de Riegos del Alto Aragón “La financiación de las obras previstas por las comunidades supone una operación a 50 años en dos fases. Hay una primera aportación de los regantes del 33% del presupuesto. Eso será posible con un crédito bancario a devolver en 25 años. El otro 67%, que adelantará la empresa pública Seiasa del Nordeste en un principio, será devuelto del año 26 al 50 después de finalizada la modernización, sin intereses ni en los años de carencia ni en el período de amortización. La recuperación de la aportación de la citada sociedad se efectuará mediante el establecimiento de tarifas, según se indica en los convenios que ya han sido suscritos. Los retornos europeos, aproximadamente un 17%, serán a descontar de la deuda con la Seiasa del Nordeste.” Y más adelante indica que “El objetivo de este proyecto es asegurar el riego en invierno para los cultivos hortícolas, aunque no haya agua en los canales.”
Así que lo que hacemos es beneficiar con fondos públicos, nacionales y europeos, los negocios privados de unos pocos, para ser más competitivos frente a agricultores franceses o italianos. Es como si el Estado hiciese un préstamo de 50 años, sin intereses, a comenzar a pagar dentro de 25 años, y buscando una cofinanciación europea del préstamo, a cualquier empresa para mejorar sus instalaciones y poder vender más barato en el mercado internacional ¿A quién no le interesa estas condiciones para montar una empresa? ¡Hasta yo me hago emprendedor!
¿Fraude o frade?
¿Fraude o frade? Tal vez las dos, si nos atenemos al dicho popular “gente de sotana, logra lo que le da la gana”. En este caso, la administración española consigue derivar cuantiosos fondos públicos al sector agrícola nacional, mediante la modernización de regadíos, sin oposición de los ecologistas ni de las autoridades de la Unión Europea, mostrándolo como una actividad medioambiental que ahorrará agua y ayudará al sostenimiento de los ecosistemas, cuando la realidad es muy diferente, la medida supone una subvención encubierta al sector agrícola que de forma perversa repercute en un peor estado de las masas de agua.
Epílogo
Decía Hipócrates que la vida es breve, el arte largo, la experiencia engañosa y el juicio difícil y algo así debe de ser en este caso, ya que la experiencia en materia de modernización de regadíos es engañosa y juzgar si se trata de un fraude, o solo una pillería política, difícil. De lo que no hay duda es que la vida es breve, y que algunos tienen tanto arte, que son capaces de hacer pasar la modernización de regadíos, por lo que nunca ha sido: un ahorro de agua.
SEO/BirdLife, WWF, Greenpeace, Ecologistas en Acción, Amigos de la Tierra y la Fundación Nueva Cultura del Agua se han opuesto a la autorización del Embalse de Biscarrués. Algunas de sus argumentos lo puedes encontrar en esta nota de prensa