La primavera silenciosa ya ha llegado a La Mancha

JC AtienzaEste fin de semana pasado he estado haciendo el Atlas de las Aves en primavera, organizado por SEO/BirdLife y he podido constatar, una vez más, lo nefasto que es para las aves el viñedo. He censado dos cuadrículas contíguas de 10×10 km en La Mancha, de las cuales, una de ellas tiene una gran superficie de viñedo. Todos mis censos entre el viñedo se saldaron con una densidad ínfima de aves. Básicamente algún jilguero, algún pardillo y alguna cogujada, pero poco de todo. De las 41 especies que identifiqué en la cuadrícula, sólo 3 las detecté en los viñedos.

Según me contaron paisanos de la zona, en dónde ahora es un mar de viñas antes había avutardas, sisones, cernícalos primillas y muchas otras aves. Ahora no hay nada más que viñas y dentro de unas semanas uvas. Durante las 4 horas que anduve censando sólo ví tres saltamontes, ¡tres!, cuando antes eran incalculables los que saltaban ante los pies de los paisanos según ellos mismos relatan. Y es que entre las viñas no hay nada, ni una brizna de hierba. Me contaban los paisanos que el cuidado de la viña exige la utilización de muchos productos químicos, que la viña “atrae muchas enfermedades“. Esos químicos que parecen dar vida a las uvas la impiden para el resto de seres vivos.

Los mismos paisanos me cuentan que coincidió el aumento del cultivo de las viñas con la desaparición de los primillas (ellos les llamaban aguiluchos de iglesia), de los saltamaontes y de las ranas. “Antes en el río había muchas ranas” me dijeron, ahora sólo encontré un punto con ranas en 6 km de río.

La Junta de Castilla-La Mancha promueve insistentemente e insensatamente el aumento de superficie de viñedo en la región, desoyendo cualquier mínima prudencia. Y no es sólo una cuestión medioambiental, los precios de la uva se están desplomando y todo el sector está solicitando que se apruebe una destilación de urgencia para salvar el sector, solución que no gusta en Bruselas (Mira aquí lo que solicita ASAJA).

Algunos dicen que La Mancha es ahora más bonita en verano, que parece un mar verde. Bonita pero silenciosa, sin el canto de las aves ni el de los saltamontes. Probablemente ahora La Mancha sea mejor para hacer poesía, pero mucho peor para componer música.

La primavera silenciosa de Rachel Carson ya ha llegado a La Mancha.