Consejo del Sentido Común

Ya sé lo que le falta al sistema para que el procedimiento de impacto ambiental sea más eficaz. Previamente a enviar cualquier plan o proyecto al órgano ambiental para su evaluación, debería pasar por un Consejo del Sentido Común. Este Consejo estaría compuesto por un niño (ya se sabe que nunca mienten), una ama de casa (por lo de ajustar las cuentas de la casa), un pintor de paisajes (por lo de la estética) y un director de coro que actuaría como presidente y se encargaría de que el Consejo no desafine. El Consejo decidiría si es sensato llevar a cabo ese proyecto desde el punto de vista del sentido común y de su viabilidad económica.

Veamos algunos casos reales con los que se hubieran tenido que enfrentar:

Recrecimiento del Embalse de Rosarito.- Según la Confederación del Tajo es necesario acometer una obra de 50 millones de euros que destruirá más de 200 ha de un hábitat prioritario, considerado como crítico para el águila imperial y la cigüeña negra e incluidos en dos espacios protegidos para evitar que tres viviendas se inunden un máximo de 18 cm cada tres años. No me cabe duda que el Consejo no lo hubiera considerado sensato y los españoles nos hubiéramos ahorrado el costoso procedimiento de evaluación de impacto ambiental. Más nos vale comprarles las viviendas a sus dueños y dejarnos de tonterías. El proyecto sigue en evaluación.

Refinería de Petróleo.- A un promotor privado, con el apoyo de la Junta de Extremadura, se le ocurre hacer una refinería de petróleo en plena Tierra de Barros, obligando a un mayor tráfico de petroleros frente al Parque Nacional de Doñana y a transportar el crudo 200 km tierra adentro. El poliducto deberá atravesar numerosos espacios de la Red Natura 2000. El Dictámen del Consejo, seguro que volvería a ser el de considerar insensato este proyecto. No necesitamos más refinerías, pero de necesitarse el sentido común recomienda situarlas cerca de la costa. En la actualidad sigue en trámite de evaluación de impacto ambiental, siendo tal vez uno de los expedientes más complicados y caros.

Autopista de Peaje Dos Mares.- El Ministerio de Fomento propuso una autopista de Peaje que uniese Logroño con Santander. Con el objeto de reducir el trayecto tan solo unos 30 minutos la infraestructura afectaría a 25 espacios protegidos (7 Lugares de Importancia Comunitaria y 8 Zonas de Especial Protección para las Aves) y a 5 Áreas de Importancia para la Conservación de las Aves (IBA). El Ministerio de Medio Ambiente tras un costoso procedimiento de evaluación rechazó el proyecto, pero al Consejo le hubieran bastado unos minutos para dictaminar la falta de motivación y el despilfarro económico que suponía este proyecto.

Podría poner muchos más ejemplos, pero creo que no son necesarios, todos conocemos autopistas de peajes que no tienen coches, aeropuertos que no tienen aviones y urbanizaciones que no tienen habitantes, y todos ellos con importantes impactos ambientales. Una Ministra de Medio Ambiente me dijo un día que todo el mundo tenía el derecho de arruinarse como quiera, el problema es que los promotores se suelen arruinar con el patrimonio natural de todos los españoles.

¡Por favor, un poquito de sentido común!

Nota del autor: Esta entrada fue publicada en el blog “Pluma y Conservación” de Público el 17/8/2011